¿LISTO PARA UN PASEO?
¿Qué esperas? recorre las carreteras de Colombia y disfruta de nuestros inigualables paisajes y la calidez de nuestra gente.
RECOMENDACIONES DE TEXACO
¿CÓMO ES VIAJAR A LA GUAJIRA EN CARRETERA?
Aquí la historia de uno de nuestros lectores: Juan Carlos Mususu
Decidí hace unos años emprender un viaje a la Guajira junto a mi familia para pasar año nuevo. Pero no en avión, les dije que quería hacer este trayecto en carretera. Los demás, asombrados, aceptaron la aventura y arrancamos un día miércoles a las 10 de la noche. Anhelábamos salir de la ciudad, ver lugares diferentes y darnos un respiro. Nada mejor que salir de tu zona de confort y con la mejor compañía.
La primera parada fue en Mosquera para tanquear en una bomba Texaco. Continuamos nuestro camino con mucha emoción. Llegamos a Honda y ahí quisimos desayunar y descansar un poco. Continuamos hasta Aguachica Cesar para almorzar. A las 5:30 p.m. seguimos el recorrido y cuando la noche se acercaba pensamos que debíamos descansar de nuevo. Estábamos muy cansados, pero valía la pena cada minuto. Cada kilómetro era una caricia al alma, porque recorríamos el país y nuestros ojos eran los únicos firmes para presenciar tanta belleza.
En Barrancabermeja, en un sitio que si mal no recuerdo se llama campo 23, encontramos otra estación Texaco y le preguntamos al administrador si conocía algún sitio dónde pasar la noche. Le dije que teníamos camping y él nos indicó que podríamos hacerlo a minutos de esa zona que, por suerte, era custodiada por el ejército. Caímos rendidos bajo la noche. Podría decir que las estrellas arroparon nuestra ilusión de llegar pronto a nuestro destino añorado.
Al otro día llegamos a Santa Marta para relajarnos y luego sí seguir a la Guajira. Mientras estábamos por las playas nos comentaron que había un lugar cercano llamado Palomino, que no conocía, pero me pareció interesante. Decían que era un paraíso. Sentí un pálpito y algo me decía que tenía que hacerlo, tenía que verlo yo mismo.
Decidimos ir a ese sitio a ver si era verdad que el río se unía con el mar y efectivamente eso es, una maravilla. Caminamos unos 30 minutos por la playa, sentíamos la arena en nuestros pies y el aire que pasaba por nuestros rostros. El agua tibia era deliciosa para relajarse y de verdad transportase al cielo. Tomamos algo mientras disfrutábamos del sol para hacer más amena esa tarde tan inolvidable.
Luego caminamos por el trayecto corto que está lleno de hoteles. Me llamó mucho la atención ver tanto extranjero y no tantos colombianos. No sé por qué ellos conocían más ese lugar que nosotros, supongo que por lo bello. Ahí entendí que debemos saber más de nuestro país y de esos lugares que nos esperan con los brazos abiertos. Solo hay que decidir tomar la aventura. El resto llega solo.
Pasamos fin de año ahí y luego estuvimos en Riohacha. De regreso a Bogotá nos quedamos de nuevo en Barrancabermeja, buscamos al administrador de la estación para tanquear y saludarlo por habernos ayudado. Le di una propina por su buen servicio, él no me lo pidió, pero quise hacerlo por su colaboración.
Recomiendo viajar en carretera por la experiencia inolvidable de compartir en familia y conocer lugares que uno ni se imagina que existen. Es muy rico manejar, disfrutar los paisajes y en mi caso conducir de noche, aunque entiendo que otros prefieren hacerlo de día. Lo importante es vivir esto porque de verdad vale la pena.
Texaco también recomienda a los viajeros seguir estas indicaciones médicas y transportarse con todos los protocolos de bioseguridad para evitar inconvenientes, todo con el objetivo de pasar días únicos en compañía de los que más amas.
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